Normas Jurídicas
de Nicaragua
Materia: Orden Interno
Rango: Circular
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(CIRCULAR A DIRECTORES DE
POLICÍA DE LA REPÚBLICA)
Aprobado el 2 de Enero de 1918
Publicada en La Gaceta No. 12 del 15 de Enero de 1918
Señores Directores de Policía de la República:
Me dirijo a Uds. con el fin de prevenirles acerca de una práctica
viciosa en el procedimiento para la averiguación de hechos
criminales, práctica que hasta hoy ha constituido una costumbre
dolorosa, deplorable y hasta inhumana.
Cuando ocurre un hecho de sangre, el ofendido (sea herido o
contuso) es trasladado a cualquier sección de policía, en donde, en
repetidas ocasiones, permanece largo tiempo esperando el
reconocimiento del médico forense, que muchas veces tarda, en tanto
que se desangra o padece sin poder auxiliarlo los parientes o la
beneficencia, por impedirlo la autoridad que alega, erróneamente no
ser permitido poner mano en el agredido, hasta que los peritos no
lo reconozcan.
El artículo 150 In. dispone en su último párrafo, que el
funcionario respectivo procurará al ofendido todos los auxilios que
pueda y deba suministrarle para su socorro y seguridad.
Es, por lo tanto, de urgencia, proveer a la salvación del herido
para evitar, como ocurre en muchos casos, que sería inoficioso
relatar, la hemorragia o infección que traen la muerte segura,
cuando se abandona al paciente.
Los cirujanos, con razón, se niegan a prestar su ayuda a las
víctimas, por temor de ser molestados; y ha ocurrido que, a la
vista de familiares prontos a acudir a su deudo o en presencia de
médicos interesados de igual modo, se extingue la vida del herido,
sin que valga la súplica o la razón alegada.
Es en vista de este método injustificable que este Despacho, movido
por la ley y por un sentimiento de conservación social, advierte a
esa autoridad lo peligroso de continuar tan grave sistema; y
dispone que no se repitan esas demoras de tan tristes resultados,
debiendo Uds., bajo su más estricta responsabilidad, cuidar de que
se cumpla lo prescrito en el artículo 150 In. que dejo
trascrito.
Sírvanse imponerse de lo anterior, acusando pronto recibo.
De Uds., atento servidor, SOLÓRZANO.
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